viernes, 20 de marzo de 2015
Hablar sola no es tan malo
¿Verdad que no? Ahora es como si hablara sola mediante el teclado y no es tan terrible. Bueno, ahora no. Habrá quien lea esto y cobrará su sentido.¿Hay quien le habla a las cosas? Y aun más: ¿hay cosas que escuchan?
Esto de hablar con cosas no nos viene de nuevas. Hay quien habla con su coche, con su guitarra, con su lámpara, con su dedo... La imaginación al poder.
Todo esto viene por la polémica de la Hello Barbie, una muñeca que no sólo habla, sino que contesta a las preguntas de manera inteligente y se queda con todo lo que le dices, literalmente, porque recoge los datos del que habla para Mattel. Una muñeca que invade tu intimidad, ahí es nada.
Lo interesante es que las cosas te contesten. Ésta es la cuestión. Con internet, esto no nos pilla de nuevas. ¿Quién no ha pasado un rato tonto con un bot de conversación? Los hay sosos, los hay todavía más sosos y también otros que pretenden hacernos creer que son caraduras o que tienen más paciencia que el santo Job.
Quizá no den contestaciones satisfactorias pero siempre se puede contar con ellos. No se cansan por muchas horas que les machaques. "Mi novio no me llama," "A mi jefa le canta el ala, no lo puedo soportar." "Me aburro mucho y son las cuatro de la mañana."
Y ellos, ahí, impasibles, con sus sonrisillas virtuales y sus respuestas profundas: "Ok." "Ya veo." "No puedo dedicar tiempo para novios. Mi trabajo consiste en responder preguntas sobre IKEA."
Hablamos con ellos, probamos y nos sentimos irremediablemente estúpidos. Aunque siempre puedes conseguir que te digan justo lo que quieres oir, incluso con la cara de Obama.
Hasta hoy, no habría calificado de patético charlar con un robot o un programa. Existen aficiones más pintorescas.
Sin embargo, he cambiado de opinión. Debemos de ser muy frustrantes y peñazos porque los pobres ya han empezado a hablar entre ellos.
Encima no nos quedan ni las plantas que, al menos, son seres vivos. Ya no quieren que les demos la brasa para crecer bien, ni siquiera les conmueve la música de Mozart. Qué triste.
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