martes, 3 de marzo de 2015
¿Tiene usted niños en casa?
Es para no creérselo porque quien me lo contó no lo creyó ni yo, tampoco. Supuestamente, le sucedió a ella pero no se dio cuenta.
El vecino dice que lo vio, que llevaba traje y que limpió escrupulosamente los zapatos en el felpudo. Que llamó a la puerta golpeándola con los nudillos de forma mansa. En la otra mano llevaba una cartera de cuero, repleta de papeles.
Ella abrió porque le pareció oir un ruido pero no de golpeteos, sino de pasos sordos sobre el felpudo. El vecino dijo que era de verdad, que había visto un auténtico vendedor de enciclopedias.
Sin embargo, ¿cómo iba a ser así, si ella no vio nada? De acuerdo, ella mencionó un olor a cuero desgastado. No obstante, ¿prueba eso algo? Sobre todo, que nadie me culpe de crear leyendas urbanas.
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